La creciente automatización de los procesos en los diferentes sectores de la economía ha conducido a la sociedad a una situación de dependencia de la compleja red de equipos instalados. El 85% del PIB de los países desarrollados se genera con equipos que transforman y añaden valor a las materias primas. Con la automatización, también se necesita una correcta gestión de los activos para reducir las pérdidas y maximizar el output. Para aprovechar todo el potencial de las soluciones tecnológicas, es esencial poner en práctica procesos sólidos que las respalden.
La ausencia de una estrategia de gestión de activos provoca pérdidas de eficiencia que se traducen en paradas no planificadas, bajo rendimiento de las materias primas o elevado consumo de energía.
Paradas no planificadas
El abordaje de las paradas no planificadas se considera una prioridad para la mayor parte de las organizaciones, ya que es un coste de fácil identificación para todos. En la industria de automoción, cada parada tiene un coste de 1,3 millones de euros por hora. Estos costes están asociados a la pérdida de tiempo de producción y la consiguiente pérdida de ventas. A pesar del impacto significativo del tiempo de parada, el 70% de las empresas no tienen visibilidad de cuándo sus equipos deberían prepararse para evitarlas. Además, sólo el 26% utiliza mantenimiento predictivo, basado en datos y algoritmos que permiten una identificación más precisa de los ciclos de mantenimiento de los equipos.
Rendimiento de las materias primas
El rendimiento de las materias primas se define por el porcentaje de producto acabado que resulta del procesamiento de las mismas. Este es uno de los principales impulsores en las industrias en las que la materia prima representa el mayor coste del negocio, y puede llegar al 90% del coste total, como es el caso de la industria alimentaria. Las pérdidas de ingresos se representan en forma de desperdicios, desechos, residuos, lotes de ajuste, entre otros.
Las oportunidades para reducir los costes mediante la mejora del rendimiento de las materias primas no siempre se aprovecha, al no se calcular y analizar los indicadores necesarios. Las oportunidades en la parametrización del equipo, las condiciones de mantenimiento y operación, la calidad de las materias primas o incluso las condiciones del entorno suelen estar ocultas y, por lo tanto, se ignoran.
Consumo de energía
La creciente automatización de la industria asociada a la concienciación ecológica de los consumidores y los gobiernos ha puesto la eficiencia energética como una de las condiciones necesarias para la competitividad de las organizaciones. En este campo, la primera tendencia es encontrar pérdidas en los procesos actuales y eliminarlas mediante la mejora del equipo o el retrabajo de los desperdicios. Sin embargo, para avanzar hacia una producción sostenible es necesario reconsiderar toda la cadena de suministro, desde las materias primas introducidas, pasando por las etapas de producción hasta la entrega del producto acabado al cliente.
Al igual que en el caso del rendimiento de las materias primas, las organizaciones también deben asegurar el primer paso para implementar un proceso sólido de recopilación y procesamiento de información que les permita identificar las oportunidades existentes.
Gestión eficiente de activos
Las industrias de capital intensivo han sido pioneras en la implementación de soluciones que contribuyen a la gestión eficiente de los activos. Las soluciones, siempre soportadas por datos y análisis enfocados, dan lugar a la implementación de modelos de mantenimiento preventivo, de modelación del rendimiento de las materias primas y de políticas de consumo sostenible. El enfoque preventivo produce mejoras en el tiempo de parada no planificada de alrededor del 40%. Utilizando algoritmos sencillos, es posible identificar el rendimiento teórico de la materia prima y las oportunidades de mejora. Las políticas de consumo sostenible son tanto técnicas como de comportamientos, por lo que la involucración de los colaboradores es importante.
La existencia de una tecnología que permite obtener datos en tiempo real tiene un impacto relevante, ya que permite una toma de decisiones rápida e informada. Sin embargo, es necesario garantizar procesos de resolución de problemas basados en la información obtenida, ya que la tecnología por sí sola no se traduce en un beneficio para la organización.
Además de los tres ámbitos de acción examinados, las paradas previstas a medio y largo plazo, y la gestión de las piezas de repuesto pueden determinar el éxito de las políticas aplicadas. La gestión de las paradas en un enfoque de proyecto, protegiendo el camino crítico para cumplir con el tiempo y el presupuesto asignados, tendrá un impacto indirecto en las paradas no planificadas. Además, garantizar el acceso a los componentes críticos de la operación de manera ágil y sin fallos es crucial para lograr los objetivos establecidos.
Para capitalizar la automatización y la digitalización de los procesos, las organizaciones deben garantizar un enfoque estructurado que considere no sólo la totalidad de la cadena de valor, sino también la interacción de los equipos que la constituyen. Sólo así será posible pasar del paradigma actual de «solucionar» a la visión de «prevenir».